Monday, February 17, 2014

Día 18 - “De 40’s a los 20’s y de regreso”

Roberto mira por la ventana del avión, observa las islas y el capitán avisa que se preparen para el aterrizaje. Al salir de del aeropuerto, pide un taxi, sube sus maletas y cierra los ojos un momento mientras el taxista lo lleva a su hotel. Abre las puertas de la suite y el mar aparece enfrente de él. Está despejado, pero en el horizonte se alcanzan a ver unas nubes de lluvia. Baja al restaurante y se sienta en el bar, pide una bebida y observa a una mujer caminando hacía él. Ella se sienta junto a Roberto, la mujer se presenta como Rebeca. Ella pide otra bebida y comienzan a platicar.

Rebeca sube con Roberto a su habitación, al entrar ella pasea la mirada por el cuarto hasta regresar a él. Se aproximan lentamente, hasta que sus labios no se retienen más y comienzan a besarte. Él la toma de la cintura y ella rodea sus brazos alrededor de su cuello. Mueve sus manos alrededor de su cuerpo, desvistiendo el uno al otro poco a poco, hasta quedar completamente desnudos junto a la cama, el mar sigue junto a ellos y las nubes de lluvia se encuentran cada vez más cerca. Rebeca lo ayuda y Roberto se adentra en ella. Roberto arriba de ella, soporta sus brazos sobre la cama para poderla ver y tener más movimiento. Ambos mueven sus caderas una y otra vez, ella cierra sus ojos y cuando los abre ambos son 20 años más jóvenes.

Ambos se quedan dormidos y vuelven a despertar en la noche, bajan a la playa y caminan con los pies descalzos, no hay nadie más en playa. Platican sobre su mortalidad, sus recuerdos y deseos más profundos, sobre sus comidas favoritos y conciertos más memorables. Se acuestan sobre la playa y observan la luna reflejada en el mar.


Roberto despierta y no hay nadie a su lado, al tocar su cara se da cuenta de que ha vuelto a ser 20 años más viejo. Va al baño se afeita la barba, pero su rostro sigue teniendo 45 años. Roberto empaca sus cosas, se sube al taxi y vuelve en avión a la gran ciudad. Durante todo el año, Roberto trabaja, va a bares, regresa a su departamento, lee, prepara su trabajo para él día siguiente, visita a su familia en navidad, le da regalos a sus sobrinos, regresa a trabajar, sale con los amigos, bebe y ve películas. Al llegar de nuevo el verano y sus vacaciones. Compra un boleto de avión para las islas. Empaca sus cosas, pasa seguridad, se sube al avión, le regalan unos cacahuates, ve por la ventana las islas, aterriza, sale del aeropuerto, toma el taxi, observa por la ventana las palmeras en el horizonte se ve unas nubes de lluvia. Llega al cuarto, deja sus cosas, baja al bar y observa a Rebeca llegar hacía él. Se vuelven a presentar, platican, suben al cuarto, se besan, se desnudan, se acuestan en la cama y empiezan a hacer el amor, entre respiros cierran los ojos. Al abrirlos ambos tienen 26 años.

Tuesday, February 11, 2014

Día 17 - “Joaquin Kurtz en el caso de los 4”

Por la televisión pasan un capítulo viejo de Los Locos Adams, mi programa favorito, me relaja mientras reviso las evidencias. Mi nombre es Joaquín Kurtz, mi padre es alemán y mi madre mexicana, nos mudamos aquí porque mi padre tenía una amenaza de muerte en Munich. Quién diría que México sería el lugar más seguro para nosotros. Era muy pequeño cuando llegamos a Guadalajara, así que no recuerdo mucho mi alemán, a veces cuando estoy con mi padre. Mi padre era policía allá en Alemania, intentó serlo aquí, pero no le gustó. Siempre admiré su amor por la justicia, creo que por esa idea romántica soy de los pocos detectives privados en la ciudad. No deja mucho, principalmente los clientes son parejas que sospechan de infidelidad o que corporativos que tratan de descubrir algo sucio en la competencia y quieren quitarlos del juego. Pero este caso es diferente, es un joven que buscan a su hermano y a su cuñada, ambos desaparecieron después de que salieran del cine. Habían salido los dos con sus novias, a ver una película de terror. Todos los involucrados, tienen entre los 18 y los 22 años. Lo que lo hace diferente, es que ninguno de ellos tienen padres. Los 4 salieron de un albergue juvenil y han estado juntos desde entonces.


(Está es la premisa, para el primer caso de Joaquín Kurtz, un detective privado en Guadalajara. Este pedazo, sólo es para apuntar una primera idea, no sé si la vaya a desarrollar)

Monday, February 10, 2014

Día 16 - “Una vez al año”

Llegué al café 15 minutos antes de lo acordado y ella ya estaba ahí. El ajedrez ya estaba afuera y mi café favorito sobre mi lugar, nunca me molestó que ordenará por mi, ahorra tiempo. Me senté y empecé moviendo el caballo, el primer sorbo de café me recordó al frío que empieza a ser en otoño, cómo la primera vez que nos sentamos aquí. También me di cuenta que la pluma y el cuaderno estaban en la mesa de junto. Me levanté un segundo, tomé ambas cosas y empecé con la pluma y con las palabras. 


Hablamos durante horas, ella me contó de todas las personas que vio en sus viajes, las aventuras, el clima, los paisajes, los vestuarios, los amantes, amigos, familiares, desconocidos, conocidos, nacimientos, funerales, libros, música, mercados, animales. Me describió con detalle todos esos mundos que nunca llegaría a conocer, más que en sus palabras. El juego continuó y fuimos ordenando las ideas en frases, terminamos el juego y al mismo tiempo la narrativa de todo lo que dijo. Después de terminar pedí el café, pagué la cuenta, guardé mi ajedrez y le agradecí a ella por haber venido. No nos volveríamos a ver hasta el próximo año y con esa idea me invadió un repentino dolor de pecho y mi piel tembló. Todo lo que quedaba del año, era ir de giras a promocionar y negociar. Maldita maldición, sólo una vez al año la puedo ver. “¡Hasta la próxima, amada imaginación!”. 

Sunday, February 9, 2014

Día 15: “El origen de Captain Pain”

Nació en aguas internacionales, a pesar de tener un padre y una madre, siempre consideró a todos los que trabajaban en la estación petrolera cómo su familia. Desde pequeño se acostumbró a trabajar con diferentes herramientas y a cargar cosas pesadas. Un día que viajaron a tierra, para comprar víveres, un grupo de policías trataron de amenazar al vendedor del mercado. Su padre, trató de detenerlos y los policías decidieron arrestarlo e inculparlo de posesión de drogas. Al parecer los contactos de estos policías eran tan buenos, que su padre quedó sentenciado a 50 años en prisión. Desde ese momento, “Captain Pain” quién se desconoce su nombre de nacimiento, juró que nunca confiaría en los policías de nuevo y buscaría liberar a su padre.

Tras años de entrenamiento, con ex-soldados americanos, chinos y rusos, Captain Pain desarrolló técnicas de combate nunca antes vistas. Combinando enseñanzas del orientes y el occidente en movimientos que muchos han llegado arrepentirse de conocer.

15 años después del arresto de su padre. Captain Pain logró escabullirse en los diferentes departamentos de policía, para así poder estudiarlos a la perfección. Hasta que llegó la famosa noche, en que exploto varias de las oficinas, dejando a la mayoría de los policías heridos e inconscientes y así liberar a su padre de la prisión y navegar hasta aguas internacionales. Que es en dónde habita su tripulación. De vez en cuando, Captain Pain regresa al país, para ayudar a diferentes personas a luchar en contra de la corrupción de la ley y de paso robar algunos bancos, para poder seguir viviendo en alta mar.

Hoy en día, Captain Pain es uno de los hombres más buscados en la nación. Pocos lo han llegado a verlo bien. Sólo se le sabe que tiene un parche en el ojo, una cicatriz que le cruza del ojo a la oreja y una barba larga. Todos desconocen cuales sean las verdaderas intenciones de Captain Pain y cómo serán sus planes futuros. Pero de algo podemos estar seguros y es de la frase que dicen los americanos sobre él:

“You should always have to fear the pain of Captain Pain”

-Siempre hay que temer el dolor de Captain Pain-

Thursday, February 6, 2014

Día 14 - “Al irse la mirada”

Las palabras del Doctor le afectaron mucho. No podía creer que eso le estuviera pasando. Pregunto todo lo que se le vino a la mente, pero toda respuesta lo llevaba al mismo sentimiento. No había nada que se pudiera hacer. Sus ojos, eran su herramienta más preciada, sin ellos no podría trabajar. Era sólo cuestión de meses, para que dejara de vivir los colores, los paisajes, los volúmenes, las luces… Ahora todo sería sombra. No podría ver todas las mañanas las sonrisas de sus hijos o los ojos miel de su esposa. Esos ojos que lo miraban con tanto amor. Aún cuando las cosas iban mal, la mirada de su esposa le aseguraba que lo seguía amando.

Cuando regresaba a su casa en taxi, el camino pareció extenderse. No sabía cómo decirle a su familia ¿cómo responderían? Se sentía tan sólo. Al mirar por la ventana, observó los grandes edificios, las personas caminando por las banquetas, poniendo la vista por dónde caminan, a quién ven, quién les marca por el celular, cómo la gente se coquetea con la mirada y pasea su vista por el cuerpo de los otros. Él ya no tendría ese lujo.

Al llegar a su hogar, su esposa le preguntó sobre su cita con el doctor. Forzando la sonrisa y sin poder decir la verdad, dijo que todo estaba bien. Durante la cena, pensaba en todas las cosas que tendría que hacer: acostumbrarse a los sonidos, aprender braille, pedir ayuda a extraños en la calle, buscar otro trabajo y aprender a hacerlo. Al recobrar la presencia del presente, se percato de que sus hijos le hablan. Colocaban las últimas luces del árbol de navidad. Con poca energía el hombre se levantó y fue a conectar las luces. Al encenderse sus hijos gritaron de emoción: “Wow mira eso, papá”. No se pudo contener y el hombre empezó a llorar.


Las sombras ya empezaban a abordar la mayor parte de su campo de visión. Se levantó de la cama y camino con trabajo.  No se dio cuenta del muro del baño. Estrelló contra él y cayó al suelo. Su esposa, se despertó y fue a ayudarlo a levantarse. Por primera vez, en muchos años, sintió con detalle la mano suave y tierna de su mujer en su espalda. Ya no podía ver bien su rostro sonriente, pero sí sentía su mano cálida sobre su piel y todo quedo en silencio al oír su voz: “Todo está bien, amor”. En ese momento sabía, que todo iba a estar bien.

Wednesday, February 5, 2014

Día 13 - “Inconveniente”

“Ustedes creen que está muerto, pero les voy a probar que no”.

Gloria corre entre las sillas, hacia el ataúd, carga el cuerpo del Gobernador y lo deja caer al suelo. Todos quedan en silencio. Gloria observa a la esposa del gobernador, cómo la ve con ojos de furia. Gloria empieza a correr y brinca por la ventana rompiendo los cristales de la iglesia. Afuera empuja a uno de los choferes, toma la limosina y sale huyendo. Al voltear atrás, ve que trae consigo a la vieja señora Windfield, la madre del Gobernador.

Monday, February 3, 2014

Día 12: “Eternamente”

Un hombre miraba su reloj, día y noche. Tenía una colección de relojes y el tiempo era lo más importante para él, pero ese reloj de plata era su posesión más apreciada. El hombre no tenía vida social, nunca había tenido una novia y rompió todo contacto con su familia cuando se mudó a la ciudad. Su trabajo y su puntualidad era lo más importante para él. Manejaba los tiempos de salida de los trenes, profesión que anhelaba desde pequeño. En general, no soportaba a la gente, eran impuntuales y sucios. Las maquinas por otro lado, si alguien las cuidaba como debía, eran limpias y siempre cumplían con su función. Sus sonidos siempre eran constantes y la monotonía siempre le causó una gran seguridad. La eternidad del tiempo era un paraíso, a comparación del deterioro y desgaste del cuerpo humano.

Una noche, a las 4 de la mañana, su reloj empezó a sonar como si fuera el Big Ben. Asustado por el escándalo, se levantó a tratar de arreglarlo. Pero al recuperar la visión, se percató de que se encontraba adentro de un reloj. Los grandes engranes lo rodeaban, y las paredes de plata le impedían ver cualquier cosa que estuviera afuera. Observó una pequeña ventana y camino entre los engranes, hasta llegar ahí. Al ver por la ventana, se dio cuenta que afuera estaba su cuarto, en proporciones enormes. Ahora vivía dentro de su reloj de plata.

Después de recuperarse del espanto y de la idea de haberse encogido, recorrió su reloj, en busca de una salida. Trató quitar todo tipo de tornillo, golpear paredes y hasta romper la venta. Pero no lo logró, todo estaba muy bien hecho. Después de varias horas, empezó a disfrutar la tranquilidad de ese lugar. No sentía hambre, ni ganas de ir al baño. Sólo vivía. Pasaron las horas, luego los días y luego semanas. El hambre, el sueño y las otras necesidades físicas nunca llegaron. Recorría, escribía y dormía. Era un paraíso, no necesitaba tratar con nadie, y el tiempo lo acompañaba en su aparente eternidad. 



Pero, al cumplirse el año, todo cambió. Empezó a recordar a la señora que le vendía la comida en el mercado, al señor que le ayudaba a limpiar sus relojes, a sus padres a los que no veía en años. El reloj se empezó a ser más frío. Se imaginaba los abrazos de otras personas y deseaba oír la voz de alguien. Pero sólo había un constante tic-toc. La soledad lo abordaba más y más. Y el reloj no le correspondía, ningún amor, cariño o conversación. Sólo funcionaba, ni siquiera se percataba de la existencia del hombre en su interior. Sin embargo, el hombre nunca pudo salir de ahí. Su eternidad la vivió junto a la gran máquina, añorando por siempre una vida finita, aunque fuera un sólo día con alguien más.